De los creadores de la Casa Azul –la casa familiar construida por el padre de Frida Kahlo y convertida en museo de la artista– llega ahora la Casa Roja –el Museo Casa Kahlo, para los amigos–, también en Coyoacán, al sur de Ciudad de México. El espacio, que siempre fue propiedad de la familia, pasó de una generación a otra hasta la actualidad, en que pertenece a Mara Romeo Kahlo, sobrina nieta de Frida.


A diferencia de la Casa Azul –centrada en la relevancia artística de Frida y en su relación con otro grande de la pintura, su inseparable Diego Rivera–, la Casa Roja indaga en diferentes facetas del ámbito personal de la artista, desde la influencia que ejerció sobre ella su padre, Guillermo Kahlo, fotógrafo profesional, hasta su forma de entender la política, el amor, la sexualidad y el dolor físico, entre otros.


Situada a seis minutos de la Casa Azul, la Casa Roja viene a completar el universo de la artista mexicana desde una perspectiva sensorial. Lejos de las salas silenciosas de los museos, aquí se busca contar la línea emocional de su vida a través de proyecciones, objetos, colores, experiencias… una mirada poética que trasciende de lo puramente estático y que podrá verse a partir del 27 de septiembre.
La imagen que abre el texto es Casa Roja Frida Kahlo | Museo Casa Kahlo